Ana María Matute pertenece a la “Generación de los 50” o “Generación del medio siglo”, por edad y por amistad (Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Aldecoa…), a pesar de que sus precoces inicios literarios permitirían incluirla en la primera generación de posguerra, la de los años 40.
Algunos de los autores de la Generación del 50 |
La autora habla de su generación como la de “los niños asombrados”, generación de unos niños a los que la Guerra Civil les cambió su realidad, o se la mostró en su crueldad, o le dio la vuelta a su inocencia.
En los
cincuenta se producen grandes cambios socioeconómicos y una tímida
liberalización intelectual y de una cierta apertura política de España, cambios
que se reflejan en el arte del momento. Los escritores nacidos entre 1924 y
1936, los niños de la guerra, vivieron el conflicto bélico durante su
infancia y aunque no participaron activamente en la guerra, debido a su corta
edad, sufrieron las consecuencias de la contienda. Por ello, en su literatura
aparecen protagonistas infantiles que “interpretan” el mundo cruel de los
adultos. Así, una característica común
en estos escritores es que reflejan la realidad de modo crítico. Esta tendencia
la comparten con la generación maldita estadounidense, el neorrealismo italiano
y el objetivismo francés. Aunque Matute individualiza con rasgos propios su
obra: su realismo carece de elementos políticos y de objetividad; el tono es
idealista, lleno de lirismo y elementos fantásticos.
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